Der Tod

No me gusta la idea de morir, han muerto unos cuántos de los que quiero y también de los que respeto, y sobre todo de los que no conozco, cada uno lo tuvo que hacer como le dejaron, pues la muerte llega, rara vez va uno hacia ella.

Vivir se vive, es una obligación, un mecanismo que se pone en marcha cuando apenas nos diferenciamos de un pollo o incluso antes. Pienso que merece la pena vivir, pero claro, cualquiera lo pensaría si se pusiese en mi piel y aquellos que no lo hiciesen son tan cualquieras que no pesan para llegar a aquello exigible para conformar el cualquiera mínimo. Se que hay vidas mucho más duras, vidas perras, las dan a veces por la televisión en los canales culturales y los sensacionalistas, en el calor de estas vidas es mucho más difícil afirmar que la vida merece la pena.

El final es feo, muchas veces injusto, incluso vejatorio. Por eso prefiero pensar que la función acaba todo un poco antes y luego se sale a la calle. Pero una cosa es pensar, y otra vaina sentir, ver o tocar... Hoy hace frío, pero nunca llueve.

El año pasado se terminó la guerra de Irak

Si uno repasa la historia, la única disponible, escrita por los vencedores, pero que poco a poco se va carcomiendo o va importando poco y entonces, se cuela la verdad de lo que sucedió por los intersticios, de nuevo, si uno echa la vista atrás, pocas guerras de conquista sobre territorios con etnias asentadas, una vez lograda la victoria, el terreno se integra y pacifíca. Podría haberme ahorrado estas líneas, recordando esa frase atribuida a Ghandi, pero que quizás fue de Herodes que decía (en otro idioma, en otro color, en otro mundo) "Lo que se gana con violencia se mantiene con violencia".
La frase tiene un sentido claro, pero en nuestros tiempos, o quizás en nuestra genética de doble hélice helicoidal arrollada, nos da la posibilidad de retorcerlo todo. Siempre ha existido una economía de la guerra, siempre, el hombre al principio tuvo que domeñar a la naturaleza, pero al poco ya sólo luchaba contra el hombre, siento un respeto por el poder de la naturaleza, pero el hombre y su sociedad es el primer motivo de muerte para el hombre, de nuevo otra frase que resume todo el párrafo y de nuevo me llega tarde, homo homini lupus.
Pero siempre me sorprende, siempre se supera la ávidez del mercado de la guerra, anoche viendo un revelador documental de La2, preguntándome como esas personas que hicieron el documental no están con una de esas balas en la cabeza (pregunta muy inquietante) me quede sobre todo con la idea (era la principal, no me pidan más) de que el avance en las telecomunicaciones y la globalización, permite que en cualquier mundo, la industria de la guerra y del desastre, pueda ejercer su actividad con eficiencia a escala mundial.
Vuelvo al título, el año pasado se terminó la guerra de Irak, pero treinta mil mercenarios protegen y matan (una cosa alimenta a la otra, para tranquilidad de los teóricos del mercado) a sueldo del contribuyente mundial. Generando miles de millones de beneficios, apoyados en la falacia de que la paz se sostiene con las armas y con la supremacia a traves de ellas. Miles de millones, que en un ejemplar ejercicio de buenas practicas empresariales, se reinvierten en las propias empresas, aumentando su poder, yo que soy un descreido del crecimiento ad infinitum, yo que opino que en un planeta finito, no puede generarse una riqueza infinita, he de concluir que ese crecimiento drena poder a los demas y oh tragedia... esos somos nosotros.
Pero todo eso ocurre muy lejos, no obstante deberiamos ir ahorrando, no sea que llegue un momento en el que necesitemos contratarlos para protegernos de ellos.

En Irak e Iran, en esos paises polvorientos que deben estar como a mil años luz de nuestras avenidas, nuestras viejas catedrales, autopistas centelleantes.... Se lleva a cabo un bonito experimento, aparentemente hemos generado una mçaquina de vapor cuya entalpia es cero. Donde la industria de la guerra genera dinero sin parar. Se la hicimos a medida, quizas no ibamos alli con esa intencion, pero pronto nos susurraron que la unica forma de salir de alli, era hacer rentable la violencia y luego vender el negocio. Ya esta hecho, el motor funciona a pleno rendimiento 30.000 mercenarios lo hacen crepitar a diario.

Se acerca el Invierno.

Tesla y el fin del mundo

Esta mañana al levantarme, he intentado encender las luces, pues el sol aún estaba sesteando, pero no se han encendido, como un tonto he probado varias veces, pero nada. Así que he desayunado en un bar que no había sido expulsado de la civilización. Lo he hecho malencarado, pues para mí, el desayuno es un momento íntimo y solitario que sirve para reafirmarme en este mundo. Una sensación de incomodidad se me ha pegado y ha estado bailando conmigo como eje durante el resto del día. Como siempre que algo así pasa, he sentido mi total vulnerabilidad, y por no estar sólo la de el mundo que nos rodea, para que se acabe nuestra civilización hace falta muy poco, los que hemos nacido en ella, no superaremos el golpe del todo nunca. El mundo se acaba inexorablemente en 2012, para muchos, pero puede que tengamos novedad, quizás se acaba para todos, anoche darle al interruptor y que la luz se encendiera era un axioma matemático, pensar lo contrario imposible. Pero nadie esta a salvo de un pequeño apocalipsis, y de apocalipsis en apocalipsis hasta la hecatombe colectiva.

Por eso, en prevención voy a intentar publicar más tonterías aquí, porque me gustaría llegar al fin del mundo con casi 100 post escritos. Una nadería que a nadie importa excepto a mí, exactamente como sucede con mi desayuno.