Saturday, May 19, 2018

Lo que todos saben no vale para nada, pero no podemos aspirar a otra cosa.


  Escucha, sí tú, lee y continúa. Mira el firmamento en la noche, las nubes en el día te engañan, el sol que no te deja mirarlo te protege. Pero la noche es tierra de verdad, estira el cuello y observa el inmenso mar negro, nunca llegarás a pisar ni una de sus estrellas. 
  Las mareas van y vienen, en su esplendor las plantas trasnochan, e incluso se puede ir por la vereda que  entre las lamidas montañas se convierte en camino de matices grises claros. Pero aunque a veces emerja en el horizonte enorme y roja, quizás el infinito más cercano, no dejarás tu huella en el mar de la tranquilidad. 
  Fuíste el mejor de tú colegio, el mejor de tú instituto, de tú promoción Universitaria, pero saliste del país y hay trescientos como tú, cada año entran otros trescientos más, la humanidad entera sigue produciendo, en todas partes especímenes cuya excelencia no puedes tocar. No eres el mejor humano de tú tiempo, tus hijos tampoco lo serán. 
 ¿Viste el partido anoche?, llevar su camiseta y verlo en tú gran pantalla, observar el cúmulo de fallos, añadir una ficha más al tablero de tres en raya, que como un cometa de cola creciente, surca a 4G, el firmamento de las redes sociales.  Aún en su peor día, siempre será mejor que tú.  
  Leíste el libro, como tantos millones. Todos lo critican, y te conviertes satisfecho en el único que lo entiende, aún con tú mérito siempre llegarás tras el que lo firmó. Escuchaste la canción pero no la compusiste, te sale mejor que a él, ¿por que no pruebas a crear algo y que él lo mejore?. Imitas, andas por la senda horadada. Nunca un camino intransitado, un pensamiento original, nunca el amor más fuerte, la venganza más cruel, la mentira más sibilina. 

                       Solamente una única vida, solamente una triste oportunidad de ser mediocre..

                                                      Y tratar de ser un buen mediocre. 

Thursday, April 19, 2018

La humildad bien entendida empieza en el otro


  Mirando libros en las escogidas bibliotecas familiares, en las librerías escondidas tras los riscos o en los centros comerciales asediando a las ciudades, siempre reparo en los libros pequeños.
  Normalmente tienen tamaños de página extraños y tapas blandas, los firman puños raros para el lector común (que por lector, ya tiene poco de común o quizás sea ese un mito condescendiente), la tipografía es amable y el nombre de la editorial ingenioso, tratan pues, ya desde el primer vistazo de parecerse a la literatura.
  Siempre valoré como un gran mérito, ponerle un punto final a uno de esos libros con dignidad. A menudo imagino recorriendo sus páginas, al relojero o al joyero, ajustando de nuevo el mecanismo, puliendo una vez más la joya, inventando una pieza grácil que sustituirá a dos, orfebres de los engarces antes que adoradores de los quilates.
  Haced literatura en sesenta, setenta cuartillas.... Cuando la mayoría agotamos el turno de palabra, o queremos que nuestras obras sean poliédricas y multireferenciales. Concentrarse en el arte de escribir, de crear sensaciones sólo con tres o cuatro palabras, estos locos llaman fuego, al fuego y no lengua rojiza recortando sombras desde la esquina del salón. 
Quizás en el fondo sea  un ejercicio de confianza, confía en que el lector construya, que escribmos nosotros todo lo que le hace falta, no es leer entrelíneas, sino rellenarlas.
  ¡Ay esos escritores que escriben en tres tardes! y nos dejan todo el trabajo.

Tuesday, August 02, 2016

Y en 2016, 2017.... alguno vio su sombra doblando esquinas


Tener un blog, es como ser hermano gemelo.

 Sé que esta idea te ha intrigado tanto que no puedas respirar, pero hazlo, respira, aunque la función se acabe, sobre todo si se acaba